tag:blogger.com,1999:blog-83047472024-03-07T08:49:54.410+01:00LA IRA DE DIOSYo morí por vosotros, hijos de putaLa Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.comBlogger22125tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-20924157957935876122009-03-04T12:23:00.002+01:002009-03-04T12:32:17.390+01:00La parábola de los calcetines blancos<div style="text-align: justify;">Se ha perdido, diluido entre bulas artificiosas y artificiales, el valor del sacrificio. Osáis enfrentaros de igual a igual a Vuestro Hacedor. Vosotros, que sois una cifra irrisoria de almas miserables, el contenido apenas de mi Sagrada Gónada, os permitís el jugar cara a cara con Vuestro Dios...<br />Siguiendo el ancestral legado de la parábola, esa suerte de enseñanza para retrasados mentales, os simplificaré mi anuncio con la parábola de los calcetines blancos:<br />Cuando Mi Padre aún podía hacerse llamar Yahvé, si un alma incauta hubiese accedido a las puertas del paraíso con calcetines blancos, mendigando un lugar a Nuestro lado, su reacción lógica -y colérica- habría sido enviar al infeliz de cabeza al infierno, a hacerle compañía y a darle trabajo a Nuestro Mejor Asalariado.<br />Cuando Mi Padre perdió su Divina Razón y Me hizo bajar a mezclarme con vosotros, alimentos de ángeles degenerados, abrió las puertas del cielo a todo aquél que se acercase a fisgonear por la cerradura.<br />Pero ahora que somo Divina Paridad, ahora que hemos comido y regurgitado al Padre, si alguien intenta entrar en Nuestro Reino con calcetines blancos podrá hacerlo siempre que asimile el valor del verdadero sacrificio: podrá acompañarnos en Nuestro devenir por la eternidad, pero para acceder a Nuestro Club tendrá que entrar con los pies amputados.<br /><br /><br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-54781788172558748552008-07-04T11:34:00.000+02:002008-07-04T11:45:29.824+02:00Bienventuranza tercera<div style="text-align: justify;">Bienaventurados los ilusos, pues sólo ellos, a pesar de haberles demostrado infinidad de veces Nuestra Falibilidad y Nuestra Inexistencia, siguen creyendo que Somos Infalibles.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-9859378884438013152008-05-08T05:22:00.004+02:002008-07-04T11:42:56.773+02:00Bienaventuranza segunda<div style="text-align: justify;">Bienaventurados los padres incestuosos y pederastas, pues ellos, aún soportando el falso testimonio de ser considerados monstruos por sus comunidades, llevaron hasta el extremo adecuado la frase <span style="font-style: italic;">Creced y multiplicaos</span>.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-25671653122289315202008-04-19T11:31:00.002+02:002008-07-04T11:43:13.186+02:00Bienaventuranza primera<div style="text-align: justify;">Bienaventurados los curas pederastas, porque sólo ellos entendieron el veneno de la frase <span style="font-style: italic;">Dejad que los niños se acerquen a mí.</span><br /><span style="font-style: italic;"></span></div><span style="font-style: italic;"><br /></span>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-8540294895058244952007-08-04T04:58:00.000+02:002007-08-04T05:11:38.991+02:00Zombis dei qui tollis peccata mundi<div style="text-align: justify;">La omnipotencia pierde su encanto cuando la comparo con vosotros, insípidas criaturas. El ritual con el que Mi Difunto Padre hizo que rememoráseis Su recuerdo obedece a tiempos pretéritos, cuando, dotado aún del sabor amargo y mareante de la Eternidad, jugaba con vosotros y con vuestro libre albedrío.<br />Vuestro maldito libre albedrío y la hipocresía teológica que encierra: no dudáis en dejar sin sangre a vuestro Redentor, pero esquiváis la mirada y la obligación si vuestro Padre os demanda sacrificios. Porque, ¿dónde se ha conocido una religión que cambie el sacrificio por el rezo o por la bula? ¿Qué ha sido esto, una transacción? ¿Compráis mi Sangre y mi Carne? ¿El Divino Despiece?<br />Apeláis al Cordero de Dios, pero os comportáis como buitres carroñeros. Peor, devorando como zombies, hambrientos y famélicos, la Carne y la Sangre de vuestro Dueño. La Iglesia la conforman millones de muertos vivientes. La religión más numerosa de vuestro planeta es una religión de y para cadáveres andantes.<br />Ahora bien, si lo que queréis es seguir vampirizando y zombificando a la Divinidad colmaré vuestros deseos sin renunciar al yugo del sacrificio: comulgaréis con la Carne y Sangre de Dios, pero la de la Tercera Persona de la Trinidad: la del Espíritu Santo, Supremo Inseminador, Suprema Inseminada, siempre en celo, siempre dispuesto.<br />Nuestro menstruo será vuestra comunión.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-73798337239968679992007-02-14T18:54:00.000+01:002007-02-14T19:51:32.440+01:00La Santísima Paridad<div style="text-align: justify;">Llevarse bien con Uno mismo es difícil, pero es imposible si Uno es, además, Trino.<br />Mi Padre lleva siglos sin ser el mismo. Le habéis cambiado, escoria. Ha llegado a creerse todo aquello que habéis escrito sobre Nosotros. La inmortalidad no es inmune al paso del tiempo, y Él ya chochea. Esa pantomima del Nuevo Testamento, esa patochada, tan humana, tan cobarde, de poner la otra mejilla... Tonterías. Eso sólo ha servido para que las Santas neuronas de Mi Padre ya no rijan como debieran. Magra victoria.<br />Habéis convertido a un Dios Colérico, Egoísta y Vengativo en un Dios Metrosexual, Coqueto y Presumido. Un Dios que renunció a crecer, Él, que es Eterno. Quiso ser Su Hijo, cuando ya era Su Hijo. Y tener a Tu Padre de Primogénito, en todo momento inmiscuyéndose en tus Potencias y Actos, causa unos tremendos dolores de cabeza.<br />Así que hablé con el Supremo Inseminador, el Carroñero de Almas, y nos deshicimos de Él. Qué razón tenía aquél de vosotros que mantuvo que el ser es, y el no ser no es. Mi Padre ya no es. Ya no somos Trino. Hemos pasado a ser la Santísima Paridad.<br />Pero no os llaméis a engaño. Sólo somos dos, pero la mil millonésima parte de la Santísima Unidad bastaría para mil Apocalipsis y otras tantas Parusías.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1166542159221387522006-12-19T16:27:00.000+01:002007-02-14T19:17:25.883+01:00Yo Soy la luz<div align="justify">De hecho, cuando Mi madre se agacha a orinar en la yerma senda de Judea, camino -otra vez- de Belén, alumbra la noche y reverdece el campo allí donde moja y salpica su orín.</div><div align="justify">Soy el Hijo del Altísimo.</div><div align="justify">Soy el Santo Guano.</div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1129423025974577352005-10-16T02:32:00.000+02:002007-02-14T19:16:55.128+01:00Rameras<div style="text-align: justify;">Hubo un tiempo en el que no fuimos Trino. Uno reinaba y gobernaba desde la rabia, el miedo y la crispación. Eran los tiempos en que los sacrificios los hacíais vosotros, en que Nosotros éramos los reverenciados. Pero mi Padre se aburría. La parte que era Él deseaba enrevesar la liturgia con sinsentidos. Quería vuestra fe ciega, desnuda, desprovista de lógica.<br />Nos separó.<br />Yo tomé la forma del Hijo. Y me hice carne.<br />Y como carne mortal que fui se me presentaron deseos e inquietudes por las que no había imaginado pasar. Mis músculos me dolían tras realizar esfuerzos desacostumbrados. Mi boca se secaba ante el asesino sol. Mi frente se licuaba en sudor que florecía al pisar el suelo. Sentí hambre. Frío. Desolación.<br />Pero hubo algo para lo que no estaba preparado.<br />Entre mis piernas había crecido la masculinidad que me equiparaba a vosotros. Fui poseedor de un pene carnívoro, henchido y recorrido por venas que portaban ambrosía. Y mi pene reclamaba su reinado en la tierra.<br />Mi primera erección la tuve a los doce años. Entre mis piernas se irguió el templo de la alianza. Y lo porté durante la mayor parte del día. No me sentí cómodo, ni con ésa ni con las siguientes. Pensé que el Hijo de Dios, Dios mismo, no podía tener inclinaciones terrenales. Pero era humano, y mi humanidad me consumía. Así que me dejé llevar por la brisa lujuriosa de la juventud. Y gocé.<br />No era un amante torpe. Nací para el Amor espiritual, pero el físico, ayudado por mi omnipotencia, tampoco supuso impedimento para mí. Conocí a multitud de mujeres, a más de una simultáneamente, y nunca tuve una queja ni una mirada de desagrado. Me metía en ellas por todos sus poros, sus recovecos fueron recorridos por mi omnipresencia, y calmaba sus almas y sus carcasas con el mismo movimiento. Pude dejar hijos, pero preferí que mi simiente fuese estéril, inútil, para hacer más exagerado Nuestro sacrificio.<br />Pero en verdad os digo que cuando me crucificaron, antes de abandonar mi cuerpo, cubierto de sangre, mi última respuesta fue una erección de la que brotó confusión para mis captores, y pavor para los que asistieron a mi muerte en este vuestro valle de lágrimas.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1122982733803069202005-08-02T13:30:00.000+02:002005-08-02T13:38:53.810+02:00Mi tío Satanás<div style="text-align: justify;">Mi padre no fue el Primero.<br />Mi padre es descendiente de una saga divina de Creadores.<br />Mi padre tiene un Padre. Y un Hermano.<br />Mi padre, en Su Esquizofrenia Divina, sentía celos de su hermano.<br />Mi padre es un ser mezquino.<br />Mi tío, en su maldad, es infinitamente más bondadoso que mi padre.<br />Mi tío tiene una personalidad llena de aristas y recovecos. Mi padre es simple, lineal, previsible y colérico.<br />El padre de mi padre confiaba más en mi tío que en mi padre. Sabía llegada su hora -Nosotros también morimos- y se disponía a desvelar la identidad de su sucesor.<br />Mi padre sabía perdida la lucha. Sabía de la nobleza de mi tío. Y se aprovechó de ella. Puso a mi abuelo en su contra. Consiguió el castigo para su hermano. El padre de ambos lo llenó con el pecado que había conseguido desterrar, y mi tío fue mi anti-padre, y mi padre fue mi anti-tío.<br />Yo quedé en medio, coaccionado por mi padre, a quien me hube de aferrar. Mi tío se escondió en las entrañas de la tierra, y sólo de vez en cuando puedo hacerle alguna visita.<br /><br />Él está de mi parte.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1116188774754977202005-05-15T22:22:00.000+02:002005-05-15T22:26:14.760+02:00Lázaro<div style="text-align: justify;">-Levántate y anda.<br />Pronuncié las palabras con seguridad y firmeza. No muy alto, ya que éramos tres personas en la habitación, pero sí lo suficiente como para que lo oyeran las gentes que se habían agolpado en la ventana.<br />Le había hablado a algunos de mis seguidores de mi próximo milagro, y ellos se habían ofrecido a anunciar la buena nueva. Un poco de público no me iría nada mal, tal y como se estaban desarrollando los acontecimientos.<br />Pude ver cómo el hálito vital de Lázaro volvía renqueante a su cáscara todavía vacía. Le mostré el camino de entrada, y sólo yo pude ser consciente del temblor imperceptible que recorrió el cuerpo del ya no muerto.<br />Sentía la expectación que el milagro estaba despertando en la chusma. No todo el mundo seguía aún mis enseñanzas. Por eso me prestaba a tan fatuos juegos de prestidigitación.<br />Son las desventajas de nacer Hijo del Altísimo.<br />Repetí la orden:<br />-Levántate y anda.<br />Noté cómo el alma y el cuerpo del resucitado se refundían de nuevo, cómo el ánima volvía a engrasar todos los engranajes de aquella carcasa ya amenazado por la descomposición.<br />Ya estaba hecho.<br />Pero no se levantó.<br />Volví a alzar los brazos que había bajado confiado mientras oía los pensamientos de los presentes. Me concentré y grité la orden:<br />-¡Levántate y anda!<br />Lázaro seguía inmóvil.<br />Mierda.<br />Algo fallaba. Me puse en contacto con Mi Padre y le inquirí sobre lo que en aquel recinto estaba pasando. Me respondió que todo debería haber salido bien. Que no habíamos encontrado ningún problema en el proceso.<br />Mierda.<br />Me acerqué al que tenía que haber resucitado. Lo toqué. Había calor en su cuerpo. Tendría que estar ya vivo.<br />Pero no se movía.<br />Traje algunas nubes que comenzaron a escupir rayos. Estaba muy contrariado, y no estaba de más que los demás lo supieran.<br />-¡¡¡¡LÁZARO, LEVÁNTATE Y ANDA!!!!<br />Nada.<br />Todos se miraban con el estupor dibujado en sus ojos. Yo miraba al cadáver.<br />Cuatro de mis apóstoles estaban viendo cómo hacía el ridículo.<br />No quería echar más tierra sobre mi actuación. Me dirigí a la esposa del fallecido:<br />-Mi Padre aún lo necesita a su lado en el cielo de los justos. Pero en verdad os digo –miré al resto- que antes de que pasen tres días este hombre volverá a estar con vosotros.<br />Ya hablaría yo con Mi Padre.<br />Me estaba girando para salir a la calle cuando empezó la risita.<br />Surgió del silencio ominoso en el que me encontraba inmerso y atrajo la atención de todos. Lázaro se había llevado una mano a la boca y de allí se le escapaban aquellas minúsculas carcajadas.<br />-Lo siento, maestro. Ha vuelto a la vida, y justo antes de entrar en este cuerpo he visto la solemnidad del momento y he querido aportar una gota de humor.<br />Una gota de humor. Maldito libre albedrío.<br />Con el parpadeo del ojo izquierdo hice que sus poros se abrieran en un bostezo sin final, se abrieran y acabaran haciendo desaparecer la piel, dejando a la luz un mar de venas entrelazadas de color rojo. Poco a poco la sangre se fue secando, obediente a mi mandato. Un momento después los dientes del desgraciado salieron disparados. Algunos quedaron clavados en el techo. Luego hice que sus ojos se secaran, cautericé su piel hasta hacerlo una costra ennegrecida y fundí sus dos piernas en una, varicosa y llena de pústulas.<br />-Levántate y anda.<br />A mis palabras, Lázaro, deshecha su mente, se puso torpemente en pie sobre su único apoyo y se acercó saltando a su esposa, que se desmayó cuando vio de cerca el engendro en el que se había convertido su esposo.<br />Salí de allí.<br />Mi milagro ya se había llevado a cabo.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1114169643637973942005-04-22T13:24:00.000+02:002005-04-22T13:34:03.640+02:00Benedictus XVI<div style="text-align: justify;">Benedicto I murió víctima de sus propias dudas.<br />Benedicto II murió aquejado de una enfermedad que le transmitió uno de los mismos a los que condenaba.<br />Benedicto III murió envenenado por la madre de uno de los niños que mancilló.<br />Benedicto IV murió por su propia mano, harto de ser manipulado.<br />Benedicto V murió contando las monedas de oro que acumuló durante su pontificado.<br />Benedicto VI murió en plena invocación a Satanás, queriendo vivir para siempre.<br />Benedicto VII murió en brazos de una meretriz a la que había ordenado apretar su cuello hasta el penúltimo suspiro.<br />Benedicto VIII murió a manos de los mismos que apuntaron su nombre en las papeletas blancas.<br />Benedicto IX murió esfixiado, víctima de la gula en uno de sus innumerables banquetes.<br />Benedicto X murió desangrado antes de utilizar su anillo por primera vez.<br />Benedicto XI murió al tener una visión que le reveló el triste final de la Iglesia.<br />Benedicto XII murió porque sus rezos Nos molestaban sobremanera.<br />Benedicto XIII murió con la sangre envenenada por las drogas que disfrazaba de medicamentos.<br />Benedicto XIV murió loco creyéndose el Hijo de Dios en la Tierra.<br />Bemedicto XV murió encogido, pegado a su sillón, del que tuvieron que arrancarle tres cardenales.<br />Benedicto XVI morirá pronto, muy pronto. Será apodado "El más breve" por su afán de inmovilizar lo que debería ser fluido y acompañamiento de los tiempos.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1112606740645018482005-04-04T11:02:00.000+02:002005-04-04T12:39:10.236+02:00Inter regnum<div style="text-align: justify;">Ha ocurrido. Por fin. Por una de esas paradojas que tan caras os son, ahora mismo no hay Dios en la Tierra. Nadie os vigila. Podéis hacer el mal impunemente. No os computará para el Examen Final. No restará puntos. Enhorabuena.<br />Mi consejo es que aprovechéis la ocasión. Que os cebéis con el prójimo, ése al que os han obligado a amar. Que, por unos pocos días, os convirtáis en ejecutores en vez de jurados. Veréis qué bien os sienta. Con los siglos se ha perdido el sabor de un buen sacrificio.<br />Hacedlo en Nuestro nombre. Después de todo, es una prebenda que sólo ocurre cada veintitantos años.<br />Y ahora, Wojtila acaba de llegar a Nuestra presencia. Y tiene mucho que explicar y mucho de lo que arrepentirse...<br />En fin. Sólo espero que el próximo Papa esté circuncidado, que es una afrenta a Dios presentarse ante Él con la capucha escondiéndoles el miembro inútil.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1111117875739863992005-03-18T04:36:00.000+01:002005-03-18T04:52:02.603+01:00De Cristo docético, nada<div style="text-align: justify;">Mi padre había planeado mi sacrificio final sin tiempos muertos. El, en Su Egoísmo Infinito, había dispuesto que, tras expirar en la cruz, mi cuerpo resucitase cuando aún estaba caliente. Pero yo me negué. Había padecido lo indecible, y estaba exhausto, exangüe. Quise conseguir una semana de moratoria, de muerte, para descansar, pero Él se negó en redondo. En una semana, dijo, cualquier falso profeta hubiese reclamado la atención del vulgo desesperado. Ni seis días, ni cinco ni cuatro. Tres días de tranquilidad fue todo lo que pude conseguir. Bueno, técnicamente eran dos, porque el Sabbath no contaba por motivos obvios. Pero Mi padre, en su Refinado Sadismo, se había reservado su parte del pacto.<br />Durante los tres días en los que mi cuerpo murió, yo quedé encerrado en él, para hacer acto de conciencia, palabras de Dios, en aquella carcasa sanguinolienta, almizclada y llena de heridas, cortes y moratones. Desistí de buscar algún sentido a Su parecer. Después de todo, fue el mismo que casi hace que Abraham matase a Ismael, su primogénito. Aunque sí la más cruenta, esa parte no era la más cruel de aquel acuerdo unilateral: lo verdaderamente cruel fue que hizo que Abraham caminase aquellos tres días, hacha en mano, sin cruzar palabra alguna con su hijo.<br />El cuerpo humano se enfría con inusitada rapidez. En pocas horas me refugié en el cascarón de aquella alma y esperé aterido a que el cuerpo comenzase a acartonarse. Fui consciente del beso de la Magdalena, y de que mis propios apóstoles rebuscaron entre mis ropas en busca de algo de valor. Uno de ellos rasgó mi calzón, dispuesto a sacar buen provecho de la reliquia.<br />Cuando la sangre se solidificó en las venas el cuerpo pareció encoger, y yo con él. Ese cuerpo, que fue mi cárcel durante tres soles y tres lunas, sólo por el Santo Capricho de Mi padre. Él, que tiene en el cielo una porción de infierno, para que ninguno de los que a Él llegan olviden dónde pueden acabar si le contravienen. Yo he estado allí, y puedo asegurar que Mi padre es bueno cuando hace el bien, pero es un verdadero demonio cuando ejerce de Satanás.<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1107482788442793872005-02-04T02:50:00.000+01:002005-02-04T03:06:28.443+01:00El lobo de Dios<div style="text-align: justify;">Ahora que habéis digerido multitud de dulces de ingredientes empalagosos en mi nombre.
<br />Ahora que habéis atiborrado a vuestras crías de juguetes cada vez más en consonancia con los que os gobiernan.
<br />Ahora que suspiráis por el dinero malgastado en una quincena patrocinada por los mercaderes.
<br />Ahora que guardaréis durante un año figuritas de plástico representativas de un nacimiento idílico -el mío- que nunca tuvo lugar de esa manera.
<br />Ahora, Yo os digo:
<br />Mi nacimiento no se desarrolló de una forma bucólica e incruenta. Conmigo el Verbo se hizo carne, y con la carne vinieron la sangre y el dolor.
<br />El carpintero forzó a mi madre a huir con él porque no soportaba las habladurías que lo tildaban de medio hombre, pues se conoció que en la concepción del hijo de su esposa -Yo- él no contribuyó de ninguna de las maneras. Quiso castigar a María separándola de su familia. Y en Belén mi madre le avisó de mi llegada. Pero él fue incapaz de pedir alojo para que su mujer diese a luz a la Luz del mundo en un lugar con una higiene mínima. Aprovechó un pesebre vacío, y, como furtivos, esperaron mi llegada al mundo. Y allí, entre pajas, frío y humedad, nací. El carpintero decía -aún recuerdo sus palabras exactas- que si en verdad era Yo el hijo de Dios sobreviviría a esa prueba.
<br />El camino de mi nacimiento era angosto, estrecho y cálido. Fui perfectamente consciente del momento en el que desgarré el himen de mi madre hasta ese momento virgen, cómo la sangre, suya y mía, permitía con su lubricación mi nacimiento, y cómo desde aquel incesto sagrado pude observar, ceñudo todavía, el verdadero rostro del carpintero.
<br />De hecho, aquella misma noche, mientras dormía (porque tuvo la desfachatez de dormir con su mujer recién parida y a punto de la hemorragia), el carpintero pudo comprobar que el mensaje que le habían predicado sobre mí no era el correcto. Yo no iba a ser el cordero de Dios que quitara el pecado del mundo.
<br />Yo iba a ser el lobo de Dios que acabaría con el mundo por sus pecados.
<br /></div>
<br />La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1101395164537294292004-12-16T20:36:00.000+01:002004-12-16T20:55:40.373+01:00Se buscan apóstoles<div style="text-align: justify;">Queda poquísimo tiempo para que vuelva a repetirse, ad nauseam, la pantomima de mi nacimiento. Otro año más, vuestros cachorros jugarán a muñecas con representaciones de plástico de mi primera niñez, rubio de ojos azules, Yo, que era de gesto adusto y de rasgos casi cetrinos. Mientras vosotros rendís culto a la hipocresía y a la mentira, Yo sigo ultimando los preparativos de Mi próxima venida.
<br />Necesito apóstoles. Diez, concretamente. No puedo contar con los antiguos, anquilosados y demasiado apegados a sus cómodos puestos burocráticos. Que sí, hicieron una labor titánica en vida, pero es que desde que murieron han estado viviendo de aquellas rentas. No me fío de ninguno. Todos se han ido poniendo la zancadilla progresivamente para ascender y pacer cerca de Mi padre. Pedro es, en ese aspecto, el mejor con mucha diferencia. Haber sido la primera piedra le ayuda mucho, pues Mi padre le tiene especial apego. Pero es tan buitre como cualquier otro. Yo lo he visto condenar a la eternidad del Infierno, impertérrito, a toda una Teresa de Calcuta, sólo porque su humildad y bondad encandilaron a Mi padre. El único al que profeso alguna simpatía es, paradójicamente, Judas Iscariote, pues le concedo mucho valor a su gesto de entregar al Hijo de Dios para su postrer sacrificio y convertirse así, de rebote, en el Eterno Repudiado. Lo rescaté de las llamas del averno y ahora ocupa el lugar del bufón en el panteón celestial, diciendo en voz alta las cosas que ningún hombre o espíritu santo se atreve siquiera a pensar.
<br />Necesito apóstoles, decía. Diez hombres que subsanen conmigo el sindiós que habéis ocasionado en nombre de Dios. Tendrán carta blanca para sacrificar tantas almas como sean necesarias. Comerán y beberán en los hogares arrasados, serán ungidos como Ángeles de la Ira y no conocerán descanso. Tendrán el privilegio de trabajar a Mi lado, y con ellos reduciré vuestro planeta a yermo desolado. Su apostolado será el del castigo, el de la sangre y el de la devastación.
<br />¿Algún voluntario para aniquilar a la especie humana?
<br /></div> La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1100824529735928022004-11-19T01:14:00.000+01:002004-11-19T01:35:29.736+01:00El estrés de la Parusía<div style="text-align: justify;">Me siento como un crack futbolístico, un <span style="font-style: italic;">galáctico </span>como los llamáis ahora, en el que se depositan las esperanzas de todos los seguidores del club, como si su sola presencia en el campo bastase para ganar el encuentro. Y no. No es tan fácil.
<br />Llevo muchísimo tiempo calentando en la banda, y el entrenador nunca se decide a sacarme. A pesar de que las señales cada vez se aprecian más claramente, mi Padre aún persiste en Su cabezonería. Dice que sólo apareceré al final de los tiempos. No antes.
<br />Tras Woytila le daréis la razón a Nostradamus en aras de la corrección política y elegiréis al catalizador del fin del mundo. Vuestro siguiente Papa enloquecerá y creará dogmas de fe totalmente arbitrarios y de imposible infalibilidad. Como consecuencia, se demostrará la falsedad de la Iglesia como institución de origen divino, y ése será el principio del fin del cristianismo. Se comprarán bulas y se venderán prebendas, se sortearán beatificaciones y se establecerá una supuesta línea directa con Dios, como si no tuviese nada mejor que hacer que escuchar vuestras fatuas, vacuas e inútiles súplicas. Por muy encariñado que esté con vosotros, insignificantes criaturas que no llegáis ni a mascotas.
<br />Entonces me mostraré con mis diez ángeles de destrucción. Seremos el once titular, por seguir el símil deportivo, y no dejaremos piedra sobre piedra ni pecado sobre alma. Serán días difíciles para vosotros, que esperáis una parusía incruenta y amable, un retornar al cielo con buenas palabras. Lo último que esperáis es un Mesías Guerrero y Vindicador, el brazo ejecutor de mi Padre. Pero es lo que tendréis.
<br />Los muertos que aún puedan caminarán sobre la Tierra, y los que no lucharán por hacerse con un cuerpo con el que caminar, y las huestes celestiales se encarnarán en cadáveres correosos y descompuestos, y ellos serán los que guíen a las pocas almas puras la Jardín del Edén. Y yo reinaré sobre una Tierra agonizante, muerta, un erial bendecido por las llamas del Espíritu Santo, un campo de batalla yermo, bañado en sangre incrédula y cobarde. Porque, prestad atención, el nuevo hombre no nacerá del hombre.
<br />Ése será mi cometido. Mientras tanto, me preparo a conciencia para no desmerecer la voluntad de mi Padre. Pero eso no quita para que me muerda las uñas y recorra el perímetro del cielo yendo y viniendo, con el estrés rebosando por mi cuerpo en gotas de sudor denso, maná para los profetas.
<br />Como un león enjaulado, que sueña el sacrificio de los que le admiran.
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<br /></div> La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1097797522280394962004-10-15T01:23:00.000+02:002004-10-15T01:45:22.280+02:00Pataletas de niño endiosado<div align="justify">Apenas había abandonado la lactancia cuando me fue revelada mi verdadera naturaleza, mi misión y mi sacrificio. Y me volví loco. Casi literalmente. Todavía conseguía sobrellevar la relación con mi madre, pero con el carpintero -y con el resto de la gente- la situación fue paulatinamente deteriorándose.
<br />Yo tendría unos cinco años. Un sábado, día sagrado por antonomasia (sería inútil explicaros el concepto de día de recogimiento, hoy las fiestas son todas paganas y preñadas de excesos) yo me encontraba jugando con barro y agua. Había modelado una docena de gorrioncillos de los que estaba especialmente orgulloso, pues sólo les faltaba volar para pasar por verdaderos. Uno de los niños fue al carpintero con el cuento de que estaba amasando arcilla en sábado. El pobre hombre vino a reprenderme, y recuerdo que deseé, abochornado, que los pajarillos fuesen de carne y plumas verdaderas para callarlo. Y echaron a volar, sin más. Fue mi primer milagro. Eso sí, involuntario.
<br />Otra de aquellas pequeñas raposas que me acompañaban destruyó la presa que había construído con mis propias manos y que me abastecía de barro, y el agua escapó de su cárcel de arena. Con mis nuevos superpoderes recién descubiertos lo imaginé a él sin agua en su cuerpo. Y allí mismo se secó como la flor en la ventisca.
<br />Pero no acabaría ahí aquella aventura, pues otro infante chocó contra mí mientras yo huía del castigo del carpintero. Me hizo caer al suelo, y, ebrio del poder recién investido por mi Padre Celestial, trunqué allí mismo su camino segando su vida de raíz. En ningún momento sentí misericordia ni pena o condescendencia: mis poderes aún no habían pasado por el tamiz de la racionalización.
<br />El carpintero intentó inculcarme aquella enseñanza, pero sus palabras apenas representaban una efímera brisa en el huracán de mi corazón, aquél que distribuía sangre divina entre órganos que se acabaron comiendo los gusanos.
<br />Y desde aquel día el carpintero me tuvo miedo, y se arrugaba ante mi presencia, temiendo ser el gran castigado en aquella nueva epifanía.
<br /></div> La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1097028437834824122004-10-06T03:46:00.000+02:002004-10-06T04:12:10.286+02:00A vuestra imagen y semejanza<div align="justify">Más de cincuenta generaciones han crecido aprendiendo que fuísteis creados a Nuestra Imagen y Semejanza. No deja de ser irónico, pues en apenas veintiún siglos la única imagen que ha cambiado para adecuarse a vuestro mutable pensamiento (algunos aún lo llamáis evolución, ilusos...) ha sido la mía.
<br />Recapitulemos, sólo a grosso modo:
<br />Para los primeros cristianos (todavía ni se les llamaba así), los que me conocieron, Yo carecía de imagen. Tenían Mi recuerdo fresco en sus memorias, y los apóstoles les servían la vehemencia necesaria para que dicho recuerdo se grabase a fuego en sus almas.
<br />Luego me convertí en un una fuerza casi telúrica, y las representaciones que de Mí se hacían eran más simbólicas que naturalistas. El elemento divino seguía eclipsando al humano.
<br />En el siglo V la Iglesia pasó a ser iglesia, pasó de ser un ente vivo a una institución jerarquizada, provista de poderes divinos por decisión humana. Yo empecé a reencarnarme en modelos humanos. Pero el mensaje seguía prevaleciendo -ya malinterpretado- sobre el mensajero, y las tallas que de Mí se hicieron me presentaban contrahecho, horroroso, de facciones nada agraciadas, casi bestiales, pues entendían que la carne era perecedera, y a punto estuvieron de representarme en plena putrescencia.
<br />Ahí comenzó el proceso de banalización de Mi imagen...
<br />De ser alto, delgado y enjuto en el románico pasé a convertirme en el portador de la proporción áurea y modelo de cuadros atormentados (en tanto que mostraban diversas escenas de mis numerosos tormentos) en el romanticismo. Este sindiós se ha mantenido así hasta llegar a un momento como el actual, en el que prima un sistema de valores huero. Ya no existen los mensajes, sino los mensajeros. Todo tiene valor mientras se obtenga un icono, algo que lo represente gráficamente, y Yo no iba a ser menos: ya no represento, <b><i>soy</i></b>. Pero en este proceso se ha perdido no la esencia de Mi mensaje, sino el mensaje mismo.
<br />Como sigáis así, me veo reivindicado como el primer metrosexual de la historia.
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<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1096329878509626412004-09-28T01:53:00.000+02:002004-09-28T02:04:38.510+02:00Ni esenio ni zelote.<div align="justify">No entendísteis nada y seguís sin hacerlo. De mí sólo teníais que haber creído en el mensaje, no en el mensajero. Lleváis siglos adorando a la persona equivocada. Yo no fui más que la segunda oportunidad que os dió mi Padre, y no el festival milagrero que acabásteis inventando para mayor gloria de mi encarnación.
<br />No hice milagros. No fueron necesarios. Ya los veréis en la Parusía. Y no, no fui ni esenio ni zelote. No entiendo esa manía de separar mi yo carnal de mi yo espiritual. Os vuelvo a repetir que yo era el mensaje. No tomé parte en ninguna de las corrientes judaicas de aquella época. Los esenios me parecían demasiado pagados de sí mismos con tanta prohibición, tanta doctrina y tanto radicalismo. Y los zelotes nunca me hicieron gracia con esa exaltación de la violencia física.
<br />Yo fui yo. No hubo un antes ni un después. No al menos el después que habéis creado.
<br />Y por favor, dejad a los fariseos en paz. Ellos no eran mis enemigos. De hecho, era con ellos con quienes mejor me llevaba.
<br />La culpa de todo esto la tiene vuestro puto libre albedrío, que nos trae de cabeza a mi Padre y a mí desde hace demasiado tiempo.
<br /></div>
<br />La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1095428067880571892004-09-17T15:23:00.000+02:002004-09-17T15:35:51.936+02:00Mis años perdidos<div align="justify">Todo el que me haya seguido a través del libro más tergiversado de la Historia habrá notado que, misteriosamente, desaparezco cuando soy un chaval y reaparezco ya con treinta y pocos, dispuesto a ser el Gran Sacrificado. ¿Nunca os habéis preguntado el por qué?
<br />Me volví loco cuando se me encomendó mi misión. Sí, yo también soy Dios, pero, de la Trinidad, yo encarnaba la parte más débil, yo era La Carne. Y como carne sufriente que era me asusté. Me negué. Negué a mi Padre antes de que Pedro me negara a mí. Mi Padre bajó a hablar conmigo. Era el destino, me dijo, y se quedó tan tranquilo. Puta omnisciencia...
<br />Yo seguí negándome. Él siguió insistiendo. Al final, conseguí una moratoria. Yo debería haber sido sacrificado en plena juventud, para hacer más patente el mensaje. Conseguí unos años más, y presentarme así al sacrificio ya con treinta años, casi un viejo en aquella época. De hecho, cuando me subieron a la cruz me quedaban ya pocos dientes. Y me dolía todo el cuerpo. Eso sí, siglos y siglos de desinformación han hecho que la imagen que tengáis de mí sea la de un hippy de perpetuo buen rollito. Pero no.
<br />¿Y qué hice durante esos años? Lo que haríais cualquiera de vosotros si os pronostican unos pocos años de vida: vivir. Aprovechar cada momento, porque puede convertirse en el último. Conocí otras carnes, engendré hijos, blasfemé, me emborraché y tomé el nombre de Dios -mi nombre- en vano. Me dediqué a ser persona, pues ya iba a ser Dios por toda la Eternidad.
<br />¿No habríais hecho vosotros lo mismo?
<br /></div>
<br />La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1095131071488073062004-09-14T04:58:00.000+02:002004-09-14T05:04:31.486+02:00Qué poco te queda, Woytila...<div align="justify">Estoy harto de que la doctrina que prediqué y que me costó la vida (vale, sólo la terrenal, pero el rato en la cruz no me lo quitó nadie) se haya tergiversado tanto y tan desastrosamente en beneficio de unos pocos, que son los que, irónicamente, me representan en la Tierra.
<br />La religión que lleva mi nombre no es la que yo revisioné. Mi reino no es de este mundo, y tampoco debería pertenecer a los que obran en mi nombre. El amor no debe ni estratificarse, ni imponerse, ni legislarse, entre oropeles.
<br />Woytila, morirás dentro de poco. Y no arderás en el Infierno, que es donde deberías estar. No, te unirás a nosotros en el Cielo, que para tí no será Paraíso.
<br />Yo me ocuparé personalmente de tu castigo.
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<br /></div>La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8304747.post-1095045766318591422004-09-13T05:21:00.000+02:002004-09-17T15:37:15.240+02:00Por fin...Llevo esperando este momento 2000 años...
<br />¡Os vais a cagar!
<br />La Ira de Dioshttp://www.blogger.com/profile/16850111964965030083noreply@blogger.com3