20090304

La parábola de los calcetines blancos

Se ha perdido, diluido entre bulas artificiosas y artificiales, el valor del sacrificio. Osáis enfrentaros de igual a igual a Vuestro Hacedor. Vosotros, que sois una cifra irrisoria de almas miserables, el contenido apenas de mi Sagrada Gónada, os permitís el jugar cara a cara con Vuestro Dios...
Siguiendo el ancestral legado de la parábola, esa suerte de enseñanza para retrasados mentales, os simplificaré mi anuncio con la parábola de los calcetines blancos:
Cuando Mi Padre aún podía hacerse llamar Yahvé, si un alma incauta hubiese accedido a las puertas del paraíso con calcetines blancos, mendigando un lugar a Nuestro lado, su reacción lógica -y colérica- habría sido enviar al infeliz de cabeza al infierno, a hacerle compañía y a darle trabajo a Nuestro Mejor Asalariado.
Cuando Mi Padre perdió su Divina Razón y Me hizo bajar a mezclarme con vosotros, alimentos de ángeles degenerados, abrió las puertas del cielo a todo aquél que se acercase a fisgonear por la cerradura.
Pero ahora que somo Divina Paridad, ahora que hemos comido y regurgitado al Padre, si alguien intenta entrar en Nuestro Reino con calcetines blancos podrá hacerlo siempre que asimile el valor del verdadero sacrificio: podrá acompañarnos en Nuestro devenir por la eternidad, pero para acceder a Nuestro Club tendrá que entrar con los pies amputados.


20080704

Bienventuranza tercera

Bienaventurados los ilusos, pues sólo ellos, a pesar de haberles demostrado infinidad de veces Nuestra Falibilidad y Nuestra Inexistencia, siguen creyendo que Somos Infalibles.

20080508

Bienaventuranza segunda

Bienaventurados los padres incestuosos y pederastas, pues ellos, aún soportando el falso testimonio de ser considerados monstruos por sus comunidades, llevaron hasta el extremo adecuado la frase Creced y multiplicaos.

20080419

Bienaventuranza primera

Bienaventurados los curas pederastas, porque sólo ellos entendieron el veneno de la frase Dejad que los niños se acerquen a mí.

20070804

Zombis dei qui tollis peccata mundi

La omnipotencia pierde su encanto cuando la comparo con vosotros, insípidas criaturas. El ritual con el que Mi Difunto Padre hizo que rememoráseis Su recuerdo obedece a tiempos pretéritos, cuando, dotado aún del sabor amargo y mareante de la Eternidad, jugaba con vosotros y con vuestro libre albedrío.
Vuestro maldito libre albedrío y la hipocresía teológica que encierra: no dudáis en dejar sin sangre a vuestro Redentor, pero esquiváis la mirada y la obligación si vuestro Padre os demanda sacrificios. Porque, ¿dónde se ha conocido una religión que cambie el sacrificio por el rezo o por la bula? ¿Qué ha sido esto, una transacción? ¿Compráis mi Sangre y mi Carne? ¿El Divino Despiece?
Apeláis al Cordero de Dios, pero os comportáis como buitres carroñeros. Peor, devorando como zombies, hambrientos y famélicos, la Carne y la Sangre de vuestro Dueño. La Iglesia la conforman millones de muertos vivientes. La religión más numerosa de vuestro planeta es una religión de y para cadáveres andantes.
Ahora bien, si lo que queréis es seguir vampirizando y zombificando a la Divinidad colmaré vuestros deseos sin renunciar al yugo del sacrificio: comulgaréis con la Carne y Sangre de Dios, pero la de la Tercera Persona de la Trinidad: la del Espíritu Santo, Supremo Inseminador, Suprema Inseminada, siempre en celo, siempre dispuesto.
Nuestro menstruo será vuestra comunión.

20070214

La Santísima Paridad

Llevarse bien con Uno mismo es difícil, pero es imposible si Uno es, además, Trino.
Mi Padre lleva siglos sin ser el mismo. Le habéis cambiado, escoria. Ha llegado a creerse todo aquello que habéis escrito sobre Nosotros. La inmortalidad no es inmune al paso del tiempo, y Él ya chochea. Esa pantomima del Nuevo Testamento, esa patochada, tan humana, tan cobarde, de poner la otra mejilla... Tonterías. Eso sólo ha servido para que las Santas neuronas de Mi Padre ya no rijan como debieran. Magra victoria.
Habéis convertido a un Dios Colérico, Egoísta y Vengativo en un Dios Metrosexual, Coqueto y Presumido. Un Dios que renunció a crecer, Él, que es Eterno. Quiso ser Su Hijo, cuando ya era Su Hijo. Y tener a Tu Padre de Primogénito, en todo momento inmiscuyéndose en tus Potencias y Actos, causa unos tremendos dolores de cabeza.
Así que hablé con el Supremo Inseminador, el Carroñero de Almas, y nos deshicimos de Él. Qué razón tenía aquél de vosotros que mantuvo que el ser es, y el no ser no es. Mi Padre ya no es. Ya no somos Trino. Hemos pasado a ser la Santísima Paridad.
Pero no os llaméis a engaño. Sólo somos dos, pero la mil millonésima parte de la Santísima Unidad bastaría para mil Apocalipsis y otras tantas Parusías.

20061219

Yo Soy la luz

De hecho, cuando Mi madre se agacha a orinar en la yerma senda de Judea, camino -otra vez- de Belén, alumbra la noche y reverdece el campo allí donde moja y salpica su orín.
Soy el Hijo del Altísimo.
Soy el Santo Guano.